Amortiguadores

Los amortiguadores forman parte del sistema de suspensión de distintas clases de vehículos como automóviles, motocicletas y aviones, controlando los movimientos para convertir la energía cinética en térmica. Se encuentra entre el chasis y las ruedas del vehículo en cuestión.

Entre los principales cometidos que cumplen los amortiguadores se encuentran el control de las oscilaciones de la suspensión para ganar adherencia a la vía, la mejora de la estabilidad en las curvas, la reducción de la distancia de frenado y el hecho de volver la marcha más confortable al absorber las irregularidades del terreno.

Cuando el amortiguador está demasiado rígido, aunque haya un aumento de la estabilidad, se reduce el confort, mientras que si está demasiado blando podemos perder el control del vehículo. Por eso es tan importante mantener los amortiguadores en buen estado. El excesivo desgaste de los mismos puede poner en un serio compromiso nuestra seguridad.

¿Qué tipos de amortiguadores existen en el mercado?

  • Hidráulicos: No requieren mantenimiento y son los que mejor trabajan a elevados niveles de presión. Constan de un pistón dentro del cilindro donde fluye el aceite de un extremo a otro del amortiguador.
  • Hidráulicos con válvulas: El aceite no circula por los orificios sino por unas válvulas que los vuelven más suaves y eficaces.
  • De doble tubo: Funcionan con dos cámaras por las que circula el aceite si son presurizados, o aceite y gas si no lo son. Al ser más cortos y tener menos fricción, resultan ideales en situaciones extremas como grandes baches.
  • Monotubo: En este caso, cada una de las cámaras recibe un componente: gas o aceite. Entre ambas se encuentra un pistón flotante y dependiendo de la presión a la que estén expuestos se puede regular la dureza y frecuencia.