Transformación a Gas
Cada vez más vehículos apuestan por otros tipos de combustibles alternativos, como el GLP (gas licuado del petróleo) y el GNC (gas natural comprimido). Tanto el GLP, como el GNC son combustibles mucho más limpios que la gasolina o el diésel.
No son lo mismo, y en Talleres Cuenca os explicamos sus diferencias, empezando por su definición:
- GLP. Gas licuado del petróleo (también llamado autogás). Formado por una mezcla de butano (C4H10) y propano (C3h8) en estado líquido. Para mantenerse así, el GLP requiere de ser almacenado a -40ºC o a una presión de 8 atmósferas.
- GNC. Se trata de un combustible alternativo al petróleo, compuesto por gas natural comprimido, básicamente 90% metano (CH4) a entre 200 y 500 atmósferas de presión. Como el que se usa en casa, pero que se vende comprimido para uso como combustible de automoción.
La principal diferencia entre el GLP y el GNC es que el primero se encuentra en estado líquido y el segundo es un gas, más ligero que el aire.
Aunque, el punto más diferenciador entre ambos está en la presión de almacenamiento, lo que incide directamente en la seguridad de los vehículos. En el caso de un tanque que almacene GNC, para que el volumen acumule la energía necesaria para conservar la autonomía original del vehículo hay que comprimir el gas a grandes presiones, a unos 200 bar (2,900 psi). Por su parte, el GLP puede almacenarse a presiones más bajas, generalmente entre 95 a 110 psi.
Si analizamos los beneficios económicos y medioambientales, ambos combustibles empatan. Las emisiones se reducen mucho, sus precios son sensiblemente inferiores a los del gasóleo o de la gasolina y hay un menor desgaste de las mecánicas, de ahí que se use mucho en grandes flotas de vehículos pesados, que adaptan mecánicas para poder funcionar con ellos o con mezclas.